sábado, 2 de septiembre de 2017

Nuevas metas


Me encontraba en un momento de mi vida en el que estaba completamente atascada. Sin metas. Sin saber hacía donde ir. Solo un bucle de rutina y un círculo del que no podía salir.

En ese momento, apareció un mensaje en mi móvil ofreciéndome un plan. Una semana antes hubiera dicho que no, porque mis prioridades eran otras. Pero todo había cambiado. Pensé seriamente si ir o no. Porque suponía cambiar toda mi forma de vida durante el último año. Pero finalmente accedí. Fue la mejor decisión que podía haber tomado.

Había olvidado por completo como era mi vida allí, no recordaba a la persona que fui durante 7 años. Pero de repente ahí estaba todo. Como si no hubiera pasado este tiempo. Estaban ellos también, que me hicieron viajar en el tiempo y también que mi cabeza volara a otro lugar.

Por primera vez no estaba deseando volver a ese sitio. Realmente estaba donde quería estar. Escuchando conversaciones y hablando de cosas que me encantaban. Sin tener que fingir nada.

Volví como nueva. Me sentí querida. Me topé con un cubo de agua fría de sinceridad. Al igual que con miles de sentimientos que habían dejado de formar parte de mí durante esta última etapa. Pero sobretodo, con nuevos objetivos que estoy dispuesta a conseguir.

Gracias amigo, realmente te necesitaba. Conserva bien esa caja que rebosa.

viernes, 30 de diciembre de 2016

Carreteras


Ese miedo a hacernos daño es más fuerte que el querernos. Ese miedo a saber si el otro está bien, nos impide hacer lo que realmente queremos. Anteponemos el bienestar del otro antes que el nuestro. Nos gustaría que todo fuese como antes, que todo fuese color de rosa. Aunque los dos sabemos que no es así. Que todo ha cambiado y que nuestra relación tiene fecha de caducidad. Peor aún, esa fecha ya ha pasado. Lo único que hacemos es intoxicarnos día tras día mientras fingimos que nuestra salud es de hierro. Aparentamos normalidad. Pero nada es normal. Desde hace tiempo nada lo es. Poco a poco se han ido rompiendo los lazos que nos unían. Nos hemos ido separando, íbamos por caminos diferentes, pero ni siquiera lo sabíamos. Estaban uno al lado del otro, como si de los dos carriles de la autovía se tratase. Pero llegados a un punto, éstos se bifurcaban. Se convertían en dos autovías independientes con distinta dirección y cada vez se alejaban más. Nos dimos cuenta tarde, cuando ya no había cambio de sentido. Lo que no sabemos es si más adelante volverán a encontrarse. Quizá cuando se encuentren ante un puerto de montaña y tengan que bordearlo por el mismo sitio, aunque tú eres más de túneles… Pero de momento todo el paisaje es llano y la carretera demasiado recta. Por aquí el tiempo es “huevo frito” como a ti te gusta llamarlo. Espero que por el tuyo también, que no haya nubarrones por el camino y que el final sea un sol radiante. Y que, si quieres, me invites a visitarte a tu destino. Yo no tengo ni que invitarte, tú sabes que esta ha sido tu casa, lo es y lo seguirá siendo.

martes, 26 de julio de 2016


Crecer al lado de una persona y que de repente desaparezca de tu vida. Estar con alguien durante 9 años que haya sido todo para ti. Con la que hayas compartido cada cosa que te pasaba, ya fuese bueno o malo. La que conocía cada detalle de tu vida. La que sabía lo que querías exactamente con solo mirarte.

La vida puede cambiar demasiado rápido sin ni siquiera darte cuenta. Parece que estás en una nube, como si todo fuese un mal sueño. Pero no es así. Es la realidad. Y duele. Porque una pequeña parte de ti le correspondía a él y lo has perdido. Te sientes incompleta. No hablo de medias naranjas, sino de que él estaba siempre ahí, a tu lado, haciendo el camino juntos. Y ya no. Y tu mano se siente sola. Y tus brazos. Y la almohada de la cama no es tan cómoda como él. Y los ruidos de la calle son mucho peor que sus ronquidos. Y la cama demasiado grande sin él.

martes, 29 de marzo de 2016

5 sentidos



Cuando estoy contigo, soy capaz de sentir con los 5 sentidos. Uno detrás de otro. Todos a la vez. Y mucho más afinados de los normal. 

Primero entra en juego la vista. Te veo de lejos (a pesar de mi miopía) y el corazón empieza a latir fuerte. Las mariposas comienzan a despertarse dentro del estómago e inevitablemente, me sale una sonrisa que soy incapaz de quitar. Puedo ver como sonríes sin necesidad de mirarte la boca, solo con tus ojos.

A continuación entra en juego el oído. Desde lejos me dices “¡Hola!”. Un “hola” rápido. Único. Un hola de los tuyos. Ya no soy capaz de aguantarte la mirada. Mi vista deja paso al oído. Y está ansioso por escuchar todo lo que tienes que decirme. 

Pero el olfato entra en escena rápidamente. Estás tan cerca que puedo olerte. Las mariposas se hacen más que notar. El olfato me empuja hacia ti para poder olerte mejor. Mis piernas comienzan a moverse. Mis brazos empiezan a subir para poder abrazarte. Estás tan cerca que puedo casi rozarte.

Y justo aparece el tacto. Que da ese último empujón para poder rozarnos. Te agarro por la cintura. El corazón ya no late fuerte. Al contrario. Se ha parado por completo. Ni siquiera respiro. Puedo olerte. Puedo oírte. Puedo verte. Puedo tocarte. 4 sentidos a la vez. Mi cuerpo parece una feria. Estoy feliz de tenerte tan cerca. Pero hay algo dentro de mí que quiere hacer aparición. El gusto hace fuerza. Se quiere unir a la fiesta.

Me hago la fuerte, como una madre educando a sus hijos. Una madre que no quiere darles todos los caprichos a sus hijos para no malcriarlo pero que le encanta ver la cara de alegría de su hijo cuando recibe eso que tanto quiere. Y sí, el gusto me echa una mirada de niño bueno y al final cedo: gusto se ha unido a la fiesta. Hace que nos acerquemos más aún. Y por fin nos besamos. Te saboreo. Me da igual todo lo que pase alrededor. Soy incapaz de percibir nada que no seamos nosotros dos. Porque los 5 sentidos los tengo fijos en ti. En nosotros. En ese beso. El tiempo se para. Las mariposas revolotean tanto que no caben en el estómago. 

Y los sentidos, hacen paso a los sentimientos. Pero esa ya es otra historia…

viernes, 13 de noviembre de 2015

^^

Nadie dijo que fuese fácil. Pero no por ello vamos a dejar de querernos ni de esforzarnos. 

lunes, 12 de octubre de 2015

Segundas partes

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas. Quizás sea porque pretendemos que todo sea como la primera vez y nos dedicamos a comparar cada momento y cada detalle. Cuando lo que realmente deberíamos hacer es disfrutar y crear nuevos recuerdos en ese sitio. Y sí, también recordar esos buenos momentos vividos, pero siendo conscientes de que nada se puede repetir. Solo cuando consigues tener ese balance, es cuando empiezas a vivir.
No merece la pena perder el tiempo lamentándose. Siempre hay una persona a nuestro lado a la que merece la pena conocer, alguien que te puede aportar algo.
Así que, abre los ojos, observa, escucha, mira, siente y vive.




lunes, 8 de junio de 2015

Esperanza

Que sí, ¡que ya no queda nada! ¡que ya ha comenzado la verdadera cuenta atrás! Han sido 5 dias increibles de visita. Pero lo mejor es que ya no habrá más, que la próxima vez que vengas será para quedarte :)